Vocación artística
Desde niña, Victoria Pujolar Amat sintió una profunda vocación artística, una pasión que la Guerra Civil Española y el exilio republicano dificultaron enormemente. A pesar de las adversidades, nunca dejó de pintar y dibujar, incluso en los momentos más duros de la clandestinidad y la resistencia antifranquista. Como ella misma afirmaba: “La vocación te sigue aunque estés en momentos difíciles”.
Bellas Artes
En 1959, con el traslado de su familia a Rumanía, vio la oportunidad de cumplir su sueño de estudiar arte. Se matriculó en la Escuela de Bellas Artes del Instituto Universitario Nicolae Grigorescu de Bucarest, donde completó una formación que había deseado durante años. Su obra, marcada por una profunda sensibilidad, refleja su manera de entender el arte, no como una moda o un medio para el reconocimiento, sino como una necesidad personal, una forma de expresión íntima y sincera.
Mi pintura es bastante intimista. Hay cosas que no tienen que ver directamente con mi vida, pero otras sí, están relacionadas. Y claro, con la edad que tengo y después de todo lo que he vivido—la Guerra Civil Española, el exilio—mi vida ha sido distinta a la de los jóvenes de ahora. Ha habido dificultades, pero son diferentes.
No es una pintura histórica, aunque algunas cosas pueden venir de mis lecturas o de mis paseos por el Prado y otros museos. Pero en general, hay una unidad, una tranquilidad, una vida corriente. He participado en acontecimientos políticos importantes, sí, pero también he llevado una vida normal, como cualquier otra. Eso sí, el arte siempre ha estado ahí. Desde pequeña he dibujado y más tarde, después de estudiar en la Escuela de Bellas Artes, empecé a pintar con más solidez.
Me ha influido la Escuela de París, sobre todo los españoles que estuvieron allí. El color es claro, que aquí quizá (en España) no se vea tanto. Mi pintura es figurativa, porque es lo que corresponde a mi formación, y a mi personalidad. Hago solo lo que siento, lo que me sale de dentro. No pinto por dinero ni por reconocimiento, sino porque me gusta, porque lo necesito.
A veces, sin darme cuenta, cuando miro un paisaje lo veo con la educación visual que me han dado Cézanne, Matisse… las ventanas, las plantas, las figuras de estos y otros pintores que admiro. Pero no sigo ninguna moda. Lo que hago es algo interior, como la poesía. Un poeta escribe desde dentro, sin pensar en tendencias. Y aunque he tenido una vida muy dura, con muchas dificultades y luchas políticas—he sido antifranquista y antifascista—la pintura es otra cosa, es como la parte soñadora de mi vida.
Incluso en los momentos más duros, en la guerra, en la revolución, siempre hay algo más: el paisaje, la calle, lo que rodea todo eso. No es el centro, pero está ahí, y en mi pintura también aparece.
Victoria Pujolar Amat, 2003
Exposiciones
A lo largo de su trayectoria, Victoria Pujolar Amat expuso su trabajo en importantes ciudades como París, Madrid y Barcelona, consolidándose como una pintora comprometida con su tiempo y con su propia identidad artística. Como clarificaba ella, fue una pintora en el exilio, que no del exilio, cuyo arte se ha convertido en un testimonio tanto de una vida como de la historia del siglo XX.
Sobre su exposición en la Fundación Blanquerna de Madrid, «Entre el exilio y el arte, una trayectoria» de 2003, el pintor Juan Genovés pronunció estas palabras:
«Me gusta tu técnica en el dominio de la acuarela, transparente y clara y tu forma acuarelada de tratar el espacio, incluso en el óleo. Tus trazos en el dibujo tienen la agilidad y limpieza del buen hacer. Toda tu obra está tocada de una sensibilidad muy especial»
Dibujos y acuarelas
«No he seguido ninguna moda; mi pintura es como la poesía, es la parte soñadora de una vida que ha sido muy dura.»
Contacto
victoriapujolaramat@gmail.com
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